lunes, 18 de diciembre de 2017

GERARDO DIEGO LES DESEA FELIZ NAVIDAD


LETRILLA DE LA VIRGEN MARÍA
ESPERANDO LA NAVIDAD


Cuando venga, ay, yo no sé
con qué le envolveré yo,
con qué.

Ay, dímelo tú, la luna
cuando en tus brazos de hechizo
tomas al roble macizo
y le acunas en tu cuna.
Dímelo, que no lo sé,
con que le tocaré  yo,
con qué.

Ay, dímelo tú, la brisa
que con tus besos más leves
la hoja más alta remueves,
peinas la pluma más lisa.
Dímelo y no lo diré
con qué le besaré yo,
con qué.

Pues dímelo tú, arroyuelo,
tú que con labios de plata
le cantas una sonata
de azul música de cielo.
Cuéntame, susúrrame
con qué le cantaré yo,
con qué.

Y ahora que me acordaba,
Ángel del Señor, de ti,
dímelo, pues recibí
tu mensaje: «he aquí la esclava».
Sí, dímelo, por tu fe,
con qué le abrazaré yo,
con qué.

O dímelo tú, si no,
si es que lo sabes, José,
y yo te obedeceré,
que soy una niña yo,
con qué manos le tendré
que no se me rompa, no,
con qué.

martes, 5 de diciembre de 2017

Jon Juaristi


           EUSKADI, 1984

Pueblo de redentores por la espada,
Álvarez Emparanza, voz de miel,
Juan San Martín, en nombre de Gabriel
Aresti de memoria denostada,

os pido la palabra. Oíd. No es nada
más que un minuto. No hablaré por él.
Otsalar, Txillardegi, pueblo fiel,
pueblo vasco de lengua envenenada,

Juanito, José Luis, oíd mis vanos
propósitos para esta primavera:
escogeré desde ahora a mis hermanos,

defenderé la casa que yo quiera.
Jamás, sobre esta tierra de cristianos
volveré a hablar en vuestro ingrato euskera.

jueves, 23 de noviembre de 2017

En los campos de Flandes


En los campos de Flandes
crecen las amapolas.
Fila tras fila
entre las cruces que señalan nuestras tumbas.
Y en el cielo aún vuela y canta la valiente alondra,
escasamente oída por el ruido de los cañones.
Somos los muertos.
Hace pocos días vivíamos,
cantábamos, amábamos y éramos amados.
Ahora yacemos en los campos de Flandes.
Contra el enemigo continuad nuestra lucha,
tomad la antorcha que os arrojan nuestras manos agotadas.
Mantenerla en alto.
Si faltáis a la fe de nosotros muertos,
jamás descansaremos,
aunque florezcan
en los campos de Flandes,
las amapolas.


John McCrae.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Juicio a Chiquito de la Calzada

Casualmente me encontré con un homenaje a Chiquito en un blog (la columna toscana), que me inspiró esta décima.


De hacer reír acusado,
Chiquito de la Calzada,
reo de la carcajada,
culpable de ser honrado,
sea por ello condenado,
hágase justicia sana
con la sentencia que emana 
de este juez tan poco cuerdo:
publíquese este recuerdo
a esta gran persona humana.




lunes, 30 de octubre de 2017

Discurso de Borrell 29 de Octubre 2017


[En catalán] No pensaba estar aquí con vosotros en Barcelona otra vez, además hoy somos muchos más que el domingo pasado.
Tengo que reconocer que me ha costado venir. La verdad es que no quería venir. No podía venir porque este domingo de otoño, este cielo tan azul, este país tan bonito, todos habríamos preferido estar en la playa, en la montaña y no estar aquí otra vez de manifestación.
Yo estaba en la montaña, en mi tierra.
[Repite en castellano] en el Pirineo. Ayer veía las hojas de los árboles, rojas y amarillas, en el otoño, mezclándose entre ellas dibujando los colores de la bandera española y de la bandera catalana.
(Aplausos)
[En catalán] Sí, el bosque del otoño.
[En castellano] El bosque del otoño tenía los mismo colores que veo aquí, el rojo y el güalda, [en catalán] el rojo y el amarillo, mezclados, juntos, representando la unidad de España y de Cataluña.
Y me ha costado venir porque no podéis saber lo bonito que es la música que hacen las hojas muertas cuando las pisas y el suelo se convierte en una alfombra de hojas. Es la música de la paz. La música de la tranquilidad que nos ha tocado. Es la música de la hermandad. Es la música que tiene que guiar el espíritu de la gente de buena voluntad. Amigas y amigos, estoy aquí también porque he vuelto a escuchar, esta mañana, al sr Puigdemont, que él habla en el nombre del pueblo de Cataluña.
(Gritos y abucheos)
[En castellano] Tranquilos, mirad: el sr Puigdemont puede hablar en nombre de una parte de Cataluña pero yo también soy pueblo de Cataluña.
[En catalán] yo también soy pueblo de Cataluña y no le reconozco el derecho a hablar en mi nombre.
[En castellano] Y no quería venir, no quería venir porque como dice El Quijote, nunca segundas partes fueron buenas y no sé si voy a ser capaz, otra vez, de hacer que mi corazón hable a vuestra inteligencia. No sé si voy a ser capaz, otra vez, de explicar lo que tenemos que sentir hoy en este momento dramático de la historia de España. Un momento tremendamente difícil y peligro.
[En catalán] Un momento en que todo el mundo tiene que tener la cabeza fría para poder hacer frente a las dificultades que vienen hacia nosotros. Este es un momento difícil de nuestra historia. Es un momento en el que tenemos que tener todos la serenidad para comportarnos como ciudadanos civilizados de un pueblo que tiene que recoser sus heridas si quiere volver a seguir viviendo juntos. Y espero que la justicia haga pronto su trabajo y pida responsabilidades a todos aquellos que están haciendo este mal a Cataluña.
(Gritos)
[En castellano] Ya estamos otra vez (2 veces) Escuchadme bien (2 vcs)  no os pongáis a su nivel (2 vcs)
Estoy aquí también porque he oído a Junqueras decir, le preguntaba un periodista:
[En catalán] “Perdona y si resulta que en Barcelona o en Hospitalet o en LLeida o Tarragona, los no independentistas ganan las elecciones, eso, sería una cosa muy grave para el independentismo”
Y la respuesta del señor Junqueras, terrible, fue: “Eso sería muy grave para la dignidad del pueblo catalán”
Por eso estoy aquí. Para que nuestra dignidad se pueda votar como queramos. La dignidad del pueblo es vivir juntos y en paz. Sr Junqueras, usted es un totalitario.
(Aplausos)
Osea que si los catalanes no votan lo que usted quiere, es la dignidad del pueblo la que se pierde. No, la dignidad del pueblo es dejar que todo el mundo se exprese libremente. Y si resulta que no hay suficientes votantes de lo que ustedes quieren, pues no lo hagan en lugar de violar el Estatuto de Autonomía, como han hecho.
Amigos y amigas, puede ser que estemos aquí porque muchos de vosotros, durante muchos años, cuando era la hora de votar en elecciones autonómicas, no íbais.
Puede ser que estemos aquí porque mucha gente ha abdicado de su deber como ciudadano y no ha ido a votar y ahora tenemos una oportunidad de oro de aquí a 53 días. Y esta vez, esta vez, esta vez, esta vez…. ¡nadie se quedará en casa!
Y también estoy aquí porque hoy he leído un artículo en el periódico de una persona que se atreve a decir lo siguiente:
[En catalán y castellano] “Tenemos que tener mucho cuidado porque los unionistas irán a votar como los buitres se comen un cadáver” (repite)
[En catalán]
¡Pero cómo se puede tener tan poco cerebro y tan poco respeto para decir estas cosas!
(Aplausos)
Sí, iremos a votar, pero no como los buitres se comen un cadáver, no. Como ciudadanos que saben que de su voto depende la historia de su país, depende su bienestar, depende que se acabe este “proceso” que es la peor cosa que le ha pasado a Cataluña.
Y también me quiero dirigir, como ha hecho Frutos, a esta izquierda que es tan condescendiente con el nacionalismo, tan comprensiva y que todo le perdona porque lo hacen los nacionalistas. No, señora Colau. (Aplausos) La aplicación del 155 (aplausos)
[En castellano] No, señora Colau, no. Usted que es la emperadora de la ambigüedad, no puede decir que el 155 es un golpe a la democracia. Es el instrumento que da la Constitución para reponer la legalidad cuando alguien la incumple.
(Aplausos)
Y no es una excentricidad de la Constitución española. Está copiado del artículo 37 de la Constitución Alemana. Está en todas las constituciones federales. Es la única forma de conseguir que se respete la ley precisamente por aquellos que tendrían más obligación de hacerlo.
(Aplausos)
No, señora Colau, no. Cuando se aprobaron las leyes de independencia con 72 votos, cuando el Estatuto de Autonomía pedía que como mínimo fueran 90, usted se calló. No dijo nada. Cuando a los alcaldes los acosaron porque no querían dejar las escuelas para un Referéndum ilegal, usted se calló. No nos venga ahora explicando dónde están los golpes a la democracia, porque los golpes a la democracia empiezan cuando se incumplen las leyes fundamentales de un país.
(Aplausos)
Señor Junqueras, usted nos dijo que no se iría ninguna empresa de Cataluña.
(Gritos)
Ah! yo me he convertido ya en un Junquerólogo porque me sé todo lo que dice.
[En catalán] “¡No se irá nadie!¡Nadie! ¡Al contrario, se pelearán por venir!”. Bueno, pues ya se han ido 1800.
Señor Junqueras, usted tiene el récord histórico de huida de empresas de un país. En menos de 15 días, se han ido una de cada tres empresas de más de 50 trabajadores. ¿Y aún tiene usted la poca vergüenza de decir que no pasa nada porque aún se han quedado 200 mil? ¿Aún tiene la poca vergüenza de decir que no pasa nada porque se han ido a los “países catalanes”?
¿Usted se piensa que el sr Draghi en Frankfurt, le importa un pito los países catalanes?
¿Pero cómo lo puede decir usted, que es el vicepresidente económico, que no pasa nada si se han ido 1800 empresas que representan con su facturación el 40% del PIB de Cataluña? ¡Pero si es una tragedia histórica, señor Junqueras!
¡Pero no nos tome por imbéciles!
Dejadme que os haga un truco aritmético. Imaginad que tenéis 4 euros, tenéis una moneda de 2 euros y en casa tenéis 2 euros en monedas de 1 céntimo, tenéis 200. Y perdéis la moneda de 2 euros. Y entonces viene el señor Junqueras y te dice: no te preocupes, hombre, todavía te quedan 200: ¡solo has perdido una!
¡Hombre, he perdido la mitad de mi patrimonio, y dices que no me preocupe porque me quedan 200 monedas!
Este señor es el vicepresidente económico del Govern de Cataluña.
(Gritos)
Y es el que manda. Sí, sí. Os puedo asegurar porque lo sé de buena tinta, [en castellano] que se llegó a un acuerdo para que no hubiera ni 155 ni declaración de independencia. y cuando el sr Junqueras empujó a sus radicales para que empezaran a hacer presión sobre el sr Puigdemont, a este le temblaron las piernas y se echó para atrás. Pero tendremos elecciones y habrá que salir a votar para defender el regreso a la normalidad.
Una cosa os quiero decir porque es muy importante, escuchadme: si de verdad se hubiera producido la declaración de independencia, de verdad, de verdad [en catalán] Si de verdad se hubiera producido la declaración de independencia, muchos de los que estáis aquí hubieseis ido al paro.
[En castellano]  Hubieseis ido al paro. Porque la crisis económica hubiese sido de tal magnitud que mucha gente lo hubiera pagado con vuestro empleo. Y si eso no va a ocurrir es precisamente gracias al art 155
(Aplausos)
Porque su aplicación va a hacer que las empresas y los mercados entiendan que eso de la independencia no va a ocurrir. Y como no va a ocurrir, van a  seguir funcionando con normalidad. Pero si de verdad ocurriera, la catástrofe económica para Cataluña y también para España sería enorme. Acabo y esta vez me voy a dirigir  a los españoles. No solamente a los que estáis aquí
[En catalán] no solamente a los que estáis aquí, catalanes españoles, a los españoles que no son catalanes, dejadme que os diga una cosa:
[En castellano] hemos de continuar viviendo juntos y para continuar viviendo juntos hemos de extremar el respeto y reconstruir el afecto aunque nos cueste
(Aplausos)
Aunque nos cueste. El otro día yo os enseñé la bandera  europea y os dije: esta es mi estelada. Hay alguien que me ha enviado una carta diciendo: te escondes detrás de la bandera europea para no enseñar la bandera española. No, no es verdad. Aquí están las dos, la española y a catalana. Las dos, juntas. Porque yo quiero que mis hijos y mis nietos tengan unos símbolos con los que se puedan reconocer, con los que se puedan identificar, que representen su identidad colectiva. Una bandera es algo más que una trozo de tela pintada de colores. Una bandera representa una identidad. Y nosotros tenemos las dos. La catalana y la española.
(Aplausos)
Y eso está plasmado en nuestra Constitución. Pero escuchadme también todos los españoles que nos están viendo por televisión: no caigamos en el error, no nos equivoquemos. No caigamos en el error de creer que porque tenemos una Constitución escrita que respetamos y defendemos, tenemos también un cuerpo político construido, son dos cosas diferentes. Las Constituciones se basan en los consensos en los pueblos y hay que adaptarlas y reformarlas para adaptarse a la situación actual y permitir que la convivencia permita integrar a todos.
Amigos, me vuelvo al bosque.
[en catalán] me vuelvo a mirar el amarillo y el rojo y el cielo azul. Pero de aquí al día 53 todos a trabajar porque el día que votemos, votemos fuera al gobierno nacionalista de Cataluña.
(Aplausos y gritos de “Votaremos”)
Gracias, fuerza porque nos quedan 53 días de mucho trabajo.

lunes, 23 de octubre de 2017

Joseph Roth, el mejor escritor del mundo


Muchos vagabundos recorren los caminos de los países orientales. Pueden vivir de la misericordia de las gentes. Es cierto que esos caminos son malos y que los pies se cansan con facilidad; también es cierto que las chozas son míseras y no hay en ellas demasiado espacio: pero los corazones de los hombres son buenos, el pan es negro y suculento, y las puertas se abren con rapidez. Aún hoy después de la gran guerra y la gran revolución, a pesar de que las máquinas han iniciado su infausta marcha, acerada y precisa, hacia el Este de Europa, los hombres se interesan benévolos por la miseria ajena. Incluso los necios y los pobres diablos entienden todavía la miseria del prójimo con más rapidez y mejor que los sabios y los listos de cualquier parte. Y no todas las carreteras están aún cubiertas de asfalto. Los caprichos y las leyes del tiempo, de las estaciones y del suelo determinan y modifican el aspecto y las condiciones de los caminos. En las pequeñas chozas, pegadas al regazo de la tierra, los hombres están tan cerca de ella como del cielo. Porque allí el cielo mismo desciende sobre la tierra y las gentes, mientras que en otros lugares, donde los edificios se alzan a su encuentro, parece como si fuese cada día más alto y más lejano. Muy distantes entre sí, esparcidas por el país, están las aldeas. Son rarísimas las villas y ciudades, pero tanto más vivos los caminos y las carreteras. Hay muchos que están siempre en camino. Su miseria y su libertad son hermanas gemelas. Éste se ve obligado a peregrinar porque no tiene hogar; el otro, porque no halla reposo; el tercero, porque no quiere tenerlo o porque ha hecho voto de evitarlo; el cuarto, porque ama los caminos y las casas extrañas, desconocidas. También en los países del Este se ha empezado ya, sin duda alguna, a luchar contra los mendigos y los vagabundos. Es como si el delirio de las máquinas y las fábricas, la veleidad de las gentes que habitan un sexto piso, la inestabilidad de los que, engañosamente, se creen establecidos, no pudiese ya soportar el constante, honesto y tranquilo movimiento de los buenos caminantes sin rumbo fijo. ¿Adónde vas? ¿Qué buscas? ¿Por qué te has marchado? ¿Cómo es posible que lleves una vida propia, mientras los demás soportamos una vida en común? ¿Eres mejor? ¡¿Eres distinto?!

lunes, 2 de octubre de 2017

Poema de la peli Antwone Fisher


¿QUIÉN LLORARÁ POR ESE NIÑO?
¿Quién llorará por ese niño
perdido y solitario?
¿Quién llorará por ese niño
abandonado a su suerte?
¿Quién llorará por ese niño
que llora hasta quedar dormido?
¿Quién llorará por ese niño
que nunca tuvo nada propio?
¿Quién llorará por ese niño
que caminó por la arena ardiente?
¿Quién llorará por ese niño
ese niño dentro del hombre?
¿Quién llorará por ese niño
que conoció maltrato y dolor?
¿Quién llorará por ese niño
que murió una y otra vez?
¿Quién llorará por ese niño,
el niño bueno que quiso ser?
¿Quién llorará por ese niño
que llora dentro de mí?

Antwone Fisher

lunes, 18 de septiembre de 2017

Los zurdos, según don Benito Pérez Galdós


Don Mauro Requejo era un hombre izquierdo. Creo que no necesito decir más. ¿No habéis entendido? Pues lo explicaré mejor. ¿Ha sido la naturaleza o es la costumbre quien ha dispuesto que una mitad del cuerpo humano se distinga por su habilidad y la otra mitad por su torpeza? Una de nuestras manos es inepta para la escritura, y en los trabajos mecánicos sólo sirve para ayudar a su experta compañera, la derecha. Ésta hace todo lo importante; en el piano ejecuta la melodía, en el violín lleva el arco, que es la expresión, en la esgrima maneja la espada, en la náutica el timón, en la pintura el pincel: es la que abofetea en las disputas; la que hace la señal de la cruz en el rezo y la que castiga el pecho en la penitencia. Iguales disposiciones tiene el pie derecho; si algo eminente y extraordinario ha de hacerse en el baile, es indudable que lo hará el pie derecho; él es también el que salta en la fuga, el que golpea la tierra con ira en la desesperación, el que ahuyenta al perro atrevido, el que aplasta al sucio reptil, el que sirve de ariete para atacar a un despreciable enemigo que no merece ser herido por delante. Esta superioridad mecánica, muscular y nerviosa de las extremidades derechas se extiende a todo el organismo: cuando estamos perplejos sin saber qué dirección tomar, si el cuerpo se abandona a su instinto, se inclinará hacia la derecha, y los ojos buscarán la derecha como un oriente desconocido. Al mismo tiempo en el lado siniestro todo es torpeza, todo subordinación, todo ineptitud: cuanto hace por sí resulta torcido, y su inferioridad es tan notoria, que ni aun en desarrollo puede igualar al otro lado. La mitad de todo hombre es generalmente más pequeña que la otra: para equilibrarlas, sin duda, se dispuso que el corazón ocupara el costado izquierdo.


El 19 de marzo y el 2 de mayo.

jueves, 31 de agosto de 2017

Napoleón


"¿De dónde le viene esa grandeza antigua? De sí mismo, de su alma. ¿Sabe usted lo que es eso, señor cardenal? ¡El genio! El genio es una llama que cae del Cielo pero que rara vez encuentra un espíritu dispuesto a recibirla".

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"Amo el poder, sí, pero lo amo como un artista..., lo amo como un músico ama su violín, para sacar de él sonidos, acordes, armonías".

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"¿No es ya un resultado suficiente el que los reyes le llamen a uno hermano mío?"

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"En la posición en que me hallo, sólo encuentro nobleza en la canalla que he descuidado y canallería en la nobleza que he creado".

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"Ordeno o me callo. Mano de acero bajo un guante de terciopelo".

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"Cuando hago un plan militar no hay un hombre más pusilánime que yo. Me exagero todos los peligros y todos los males posibles en las circunstancias. Me siento en una agitación verdaderamente penosa. Esto no me impide el aparecer muy sereno ante las personas que me rodean; soy como una mujer que da a luz".

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"Desde la aparición de las armas de fuego la fuerza personal apenas cuenta; es el espíritu civil u no la fuerza militar el que gobierna y aun manda. Una cualidad de general, el cálculo, es una cualidad civil; el conocimiento de los hombres, cualidad civil; la elocuencia, no la de los leguleyos, sino la elocuencia que electriza, cualidad civil... La guerra es un anacronismo, las victorias se ganarán un día sin cañones y sin bayonetas".

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"Observaba a la gente y acostumbraba a apostrofar a la persona y sorprendiendo en un principio a un hombre, sé inmediatamente por la manera cómo responde, a qué atenerme con respecto a él. Así sé al diapasón a que se encuentra su alma; pues si golpeáis un bronce con un guante, no da sonido alguno; en cambio, golpeadlo con un martillo y resonará".

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"No es un puñado de nobles o de ricos lo que hace una Nación, sino la masa del pueblo. Pero cuando el populacho se adueña del poder, se adjudica el nombre de Pueblo; muy al contrario de cuando es vencido, en que se ahorca a unos cuantos miserables a los que se trata de ladrones y de sediciosos. Así está hecho el mundo: populacho, ladrones, sediciosos o héroes, según el resultado del combate".




Frases de boca o letra de Napoleón. Del libro "Napoleón" de Ludwig.
Muchas gracias, Don Alfredo Cruz López.

jueves, 17 de agosto de 2017

Churruca


—Desde que salimos de Cádiz —dijo Malespina—, Churruca tenía el presentimiento de este gran desastre. Él había opinado contra la salida, porque conocía la inferioridad de nuestras fuerzas, y además confiaba poco en la inteligencia del jefe Villeneuve. Todos sus pronósticos han salido ciertos; todos, hasta el de su muerte, pues es indudable que la presentía, seguro como estaba de no alcanzar la victoria. El 19 dijo a su cuñado Apodaca: «Antes que rendir mi navío, lo he de volar o echar a pique. Éste es el deber de los que sirven al Rey y a la patria». El mismo día escribió a un amigo suyo, diciéndole: «Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto». »Ya se conocía en la grave tristeza de su semblante que preveía un desastroso resultado. Yo creo que esta certeza y la imposibilidad material de evitarlo, sintiéndose con fuerzas para ello, perturbaron profundamente su alma, capaz de las grandes acciones, así como de los grandes pensamientos. »Churruca era hombre religioso, porque era un hombre superior. El 21, a las once de la mañana, mandó subir toda la tropa y marinería; hizo que se pusieran de rodillas, y dijo al capellán con solemne acento: «Cumpla usted, padre, con su ministerio, y absuelva a esos valientes que ignoran lo que les espera en el combate». Concluida la ceremonia religiosa, les mandó poner en pie, y hablando en tono persuasivo y firme, exclamó: «¡Hijos míos: en nombre de Dios, prometo la bienaventuranza al que muera cumpliendo con sus deberes! Si alguno faltase a ellos, le haré fusilar inmediatamente, y si escapase a mis miradas o a las de los valientes oficiales que tengo el honor de mandar, sus remordimientos le seguirán mientras arrastre el resto de sus días miserable y desgraciado». »Esta arenga, tan elocuente como sencilla, que hermanaba el cumplimiento del deber militar con la idea religiosa, causó entusiasmo en toda la dotación del Nepomuceno. ¡Qué lástima de valor! Todo se perdió como un tesoro que cae al fondo del mar. Avistados los ingleses, Churruca vio con el mayor desagrado las primeras maniobras dispuestas por Villeneuve, y cuando éste hizo señales de que la escuadra virase en redondo, lo cual, como todos saben, desconcertó el orden de batalla, manifestó a su segundo que ya consideraba perdida la acción con tan torpe estrategia. Desde luego comprendió el aventurado plan de Nelson, que consistía en cortar nuestra línea por el centro y retaguardia, envolviendo la escuadra combinada y batiendo parcialmente sus buques, en tal disposición, que éstos no pudieran prestarse auxilio. »El Nepomuceno vino a quedar al extremo de la línea. Rompiose el fuego entre el Santa Ana y Royal Sovereign, y sucesivamente todos los navíos fueron entrando en el combate. Cinco navíos ingleses de la división de Collingwood se dirigieron contra el San Juan; pero dos de ellos siguieron adelante, y Churruca no tuvo que hacer frente más que a fuerzas triples. »Nos sostuvimos enérgicamente contra tan superiores enemigos hasta las dos de la tarde, sufriendo mucho; pero devolviendo doble estrago a nuestros contrarios. El grande espíritu de nuestro heroico jefe parecía haberse comunicado a soldados y marineros, y las maniobras, así como los disparos, se hacían con una prontitud pasmosa. La gente de leva se había educado en el heroísmo, sin más que dos horas de aprendizaje, y nuestro navío, por su defensa gloriosa, no sólo era el terror, sino el asombro de los ingleses. »Éstos necesitaron nuevos refuerzos: necesitaron seis contra uno. Volvieron los dos navíos que nos habían atacado primero, y el Dreadnought se puso al costado del San Juan, para batirnos a medio tiro de pistola. Figúrense ustedes el fuego de estos seis colosos, vomitando balas y metralla sobre un buque de 74 cañones. Parecía que nuestro navío se agrandaba, creciendo en tamaño, conforme crecía el arrojo de sus defensores. Las proporciones gigantescas que Trafalgar tomaban las almas, parecía que las tomaban también los cuerpos; y al ver cómo infundíamos pavor a fuerzas seis veces superiores, nos creíamos algo más que hombres. »Entre tanto, Churruca, que era nuestro pensamiento, dirigía la acción con serenidad asombrosa. Comprendiendo que la destreza había de suplir a la fuerza, economizaba los tiros, y lo fiaba todo a la buena puntería, consiguiendo así que cada bala hiciera un estrago positivo en los enemigos. A todo atendía, todo lo disponía, y la metralla y las balas corrían sobre su cabeza, sin que ni una sola vez se inmutara. Aquel hombre, débil y enfermizo, cuyo hermoso y triste semblante no parecía nacido para arrostrar escenas tan espantosas, nos infundía a todos misterioso ardor, sólo con el rayo de su mirada. »Pero Dios no quiso que saliera vivo de la terrible porfía. Viendo que no era posible hostilizar a un navío que por la proa molestaba al San Juan impunemente, fue él mismo a apuntar el cañón, y logró desarbolar al contrario. Volvía al alcázar de popa, cuando una bala de cañón le alcanzó en la pierna derecha, con tal acierto, que casi se la desprendió del modo más doloroso por la parte alta del muslo. Corrimos a sostenerlo, y el héroe cayó en mis brazos. ¡Qué terrible momento! Aún me parece que siento bajo mi mano el violento palpitar de un corazón, que hasta en aquel instante terrible no latía sino por la patria. Su decaimiento físico fue rapidísimo; le vi esforzándose por erguir la cabeza, que se le inclinaba sobre el pecho, le vi tratando de reanimar con una sonrisa su semblante, cubierto ya de mortal palidez, mientras con voz apenas alterada, exclamó: Esto no es nada. Siga el fuego. »Su espíritu se rebelaba contra la muerte, disimulando el fuerte dolor de un cuerpo mutilado, cuyas postreras palpitaciones se extinguían de segundo en segundo. Tratamos de bajarle a la cámara; pero no fue posible arrancarle del alcázar. Al fin, cediendo a nuestros ruegos, comprendió que era preciso abandonar el mando. Llamó a Moyna, su segundo, y le dijeron que había muerto; llamó Trafalgar  al comandante de la primera batería, y éste, aunque gravemente herido, subió al alcázar y tomó posesión del mando. »Desde aquel momento la tripulación se achicó: de gigante se convirtió en enano; desapareció el valor, y comprendimos que era indispensable rendirse. La consternación de que yo estaba poseído desde que recibí en mis brazos al héroe del San Juan, no me impidió observar el terrible efecto causado en los ánimos de todos por aquella desgracia. Como si una repentina parálisis moral y física hubiera invadido la tripulación, así se quedaron todos helados y mudos, sin que el dolor ocasionado por la pérdida de hombre tan querido diera lugar al bochorno de la rendición. »La mitad de la gente estaba muerta o herida; la mayor parte de los cañones desmontados; la arboladura, excepto el palo de trinquete, había caído, y el timón no funcionaba. En tan lamentable estado, aún se quiso hacer un esfuerzo para seguir al Príncipe de Asturias, que había izado la señal de retirada; pero el Nepomuceno, herido de muerte, no pudo gobernar en dirección alguna. Y a pesar de la ruina y destrozo del buque; a pesar del desmayo de la tripulación; a pesar de concurrir en nuestro daño circunstancias tan desfavorables, ninguno de los seis navíos ingleses se atrevió a intentar un abordaje. Temían a nuestro navío, aun después de vencerlo. »Churruca, en el paroxismo de su agonía, mandaba clavar la bandera, y que no se rindiera el navío mientras él viviese. El plazo no podía menos de ser desgraciadamente muy corto, porque Churruca se moría a toda prisa, y cuantos le asistíamos nos asombrábamos de que alentara todavía un cuerpo en tal estado; y era que le conservaba así la fuerza del espíritu, apegado con irresistible empeño a la vida, porque para él en aquella ocasión vivir era un deber. No perdió el conocimiento hasta los últimos instantes; no se quejó de sus dolores, ni mostró pesar por su fin cercano; antes bien, todo su empeño consistía sobre todo en que la oficialidad no conociera la gravedad de su estado, y en que ninguno faltase a su deber. Dio las gracias a la tripulación por su heroico comportamiento; dirigió algunas palabras a su cuñado Ruiz de Apodaca, y después de consagrar un recuerdo a su joven esposa, y de elevar el pensamiento a Dios, cuyo nombre oímos pronunciado varias veces tenuemente por sus secos labios, expiró con la tranquilidad de los justos y la entereza de los héroes, sin la satisfacción de la victoria, pero también sin el resentimiento del vencido; asociando el deber a la dignidad, y haciendo de la disciplina una religión; firme como militar, sereno como hombre, sin pronunciar una queja, ni acusar a nadie, con tanta dignidad en la muerte como en la vida. Nosotros contemplá- bamos su cadáver aún caliente, y nos parecía mentira; creíamos que había de despertar para mandamos de nuevo, y tuvimos para llorarle menos entereza que él para morir, pues al expirar se llevó todo el valor, todo el entusiasmo que nos había infundido. »Rindiose el San Juan, y cuando subieron a bordo los oficiales de las seis naves que lo habían destrozado, cada uno pretendía para sí el honor de recibir la espada del brigadier muerto. Todos decían: «se ha rendido a mi navío», y por un instante disputaron reclamando el honor de la victoria para uno u otro de los buques a que pertenecían. Quisieron que el comandante accidental del San Juan decidiera la cuestión, diciendo a cuál de los navíos ingleses se había rendido, y aquél respondió: «A todos, que a uno solo jamás se hubiera rendido el San Juan». »Ante el cadáver del malogrado Churruca, los ingleses, que le conocían por la fama de su valor y entendimiento, mostraron gran pena, y uno de ellos dijo esto o cosa parecida: «Varones ilustres como éste, no debían estar expuestos a los azares de un combate, y sí conservados para los progresos de la ciencia de la navegación». Luego dispusieron que las exequias se hicieran formando la tropa y marinería inglesa al lado de la española, y en todos sus actos se mostraron caballeros, magnánimos y generosos.


Muerte de Churruca, por Benito Pérez Galgós "Episodios Nacionales". Un biógrafo a la altura del héroe.

lunes, 14 de agosto de 2017

Antonio Vega, un Gigante


Canción "Lucha de gigantes". Poesía cantada.
      Gracias Antonio por tu sensibilidad


Lucha de gigantes convierte
El aire en gas natural
Un duelo salvaje advierte
Lo cerca que ando de entrar
En un mundo descomunal
Siento mi fragilidad
Vaya pesadilla corriendo
Con una bestia detrás
Dime que es mentira todo
Un sueño tonto y no mas
Me da miedo la enormidad
Donde nadie oye mi voz
Deja de engañar
No quiero ocultar
Que has pasado sin tropezar
Monstruo de papel
No se contra quien voy
O es que acaso hay alguien mas aquí
Creo en los fantasmas terribles
De algún extraño lugar
Y en mis tonterías para
Hacer tu risa estallar
No quiero ocultar
Que has pasado sin tropezar
Monstruo de papel
No se contra quien voy
O es que acaso hay alguien mas aquí
Deja que pasemos sin miedo.

Genio.

martes, 11 de julio de 2017

Córdoba


Canción del jinete



Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!
Córdoba.
Lejana y sola.

Federico García Lorca

martes, 6 de junio de 2017

Rima X


Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman
el cielo se deshace en rayos de oro
la tierra se estremece alborozada
Oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas,
mis párpados se cierran...¿Qué sucede?
¿Dime?... ¡Silencio!... ¿Es el amor que pasa?

Bécquer.

martes, 30 de mayo de 2017

Poema de la película Los girasoles ciegos, Antonio Machado


Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.


Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemo del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.


Y ceniza hallara, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvario
que pedia, sin flor, fruto en la rama.


Con negra llave el aposento frio
de su tiempo abrira.¡Desierta cama,
y turbio espejo y corazon vacio!



miércoles, 24 de mayo de 2017

Poema de la película El Dorado, Edgar Allan Poe


No lo sabía pero es un poema de Edgar Allan Poe.


Un caballero alegre y audaz
de día y de noche cabalgando va.
Y canta su canción mientras sigue osado
a la busca de El Dorado.

Pero vano fue su esmero
y ya viejo el caballero,
por la sombra el corazón sintió apresado,
al pensar que nunca el día llegaría 
en que hallaría El Dorado.

Sin fuerzas, exhausto
ya pierde su fe.
Pero de repente, una sombra ve.
"¡Sombra!", grita airado
"Dime donde se halla
la tierra llamado El Dorado”.

Montes de luna cruzando, 
a valles de sombra bajando, 
cabalga siempre osado... 
a la busca de El Dorado.
 
 

jueves, 18 de mayo de 2017

Vasco Núñez de Balboa


Párrafos del libro Vasco Núñez de Balboa de Kathleen Romoli.

A juicio de Balboa, la afición a embrollar las cosas era, en general, un defecto inherente a los abogados. "Una merced quiero suplicar a Vuestra Alteza me haga -escribía al rey después de la fracasada revuelta-, porque cumple mucho a su servicio, y es que Vuestra Alteza mande que ningúnd bachiller en Leyes ni otro ninguno, si no fuere de Medecina, pase a estas partes de la Tierra Firme so una grand pena que Vuestra Alteza para ello mande proveer, porque ninguno bachiller acá pasa que no sea diablón i tiene vida de diablos, e no solamente ellos son malos más aún fasen i tienen forma por donde haya mill pleitos i maldades".
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Cerca estaba el poste en el que estuvo expuesta la cabeza de Balboa y en donde ahora se había fijado un aviso de la inminente residencia de Pedrarias considerada generalmente como una farsa destinada a exculpar al gobernador en toda la línea. "Y estando assi, entraron por la otra parte de la plaça quinçe o veynte roçines o yeguas , e començaron a pastar çiertas hierbas que en la plaça avia en harta cantidad... E estando aquellas bestias bien apartadas, se salió de entre ellas un caballo que avía seydo del adelantado Vasco Núñez de Balboa, e alta la cabeça, a passo tirado y sin pascer ni entenderse a donde yba, después de aver andado más de cient passos, desde donde dexaba a las otras bestias, llegó al poste donde estaba el pregón o edicto afixado, e con los dientes assió del papel dos o tres veçes e hiçolo pedaços: e fecho aquesto, passo a passo, sin se detener en pasçer ni en otra cosa, se tornó a las bestias, de donde avía partido primero, e alli començó con ellas a pasçer".

(Recuerden que Balboa fue injustamente asesinado por la envidia y la maldad. Junto a él asesinaron a sus compañeros: Valderrábano, Botello, Muñoz y Argüello. Y se salvó el padre Pérez por cura, y Garabito por traidor).

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Que todavía Darién brille en el recuerdo de los hombres cuando otros asientos precursores yacen obscurecidos u olvidados, no se debe a los acontecimentos que en ella pasaron en el curso de los años en los que raramente se piensa,  ni tampoco el hecho de que fuera la primera colonia continental en el Nuevo Mundo, ni siquiera a que sus conquistadores "salieran de ella para todo lo que se hizo después". Darién perdura por Vasco Núñez. Si murió con Balboa, también vive con él, unidos e indisolubles en las hazañas, las derrotas y el recuerdo, que es el suprmo galardón de la Historia.

 Mi agradecimiento a Don Alfredo Cruz López.


lunes, 17 de abril de 2017

Semana Santa


Estas saetas me las canta mi madre y siempre me hace llorar.

Virgen de la Soledad,
Virgen de la Soledad,
no tengáis pena ninguna
que Tu Hijo resucita
entre las doce y la una...


En el Calvario dan voces,
Madre mía, quién será,
será la Virgen María
que por su Hijo llorando está...


lunes, 10 de abril de 2017

Amistad de la luna

      Dedicado a Hart Crane.

Esa oscura enfermedad 
que llaman melancolía 
me trajo a la soledad 
a verte, luna sombría. 

Ya seas amante doncella, 
ya informe, negro montón 
de tierra que en forma bella 
nos convierte la ilusión.

Ni a sorprender tus amores 
mis tristes ojos vinieron 
ni a saber si esos fulgores 
son tuyos o te los dieron. 

Ni a mí me importa que esté 
tu luz viva o desmayada, 
ni cuando te miro sé 
si eres roja o plateada. 

Yo busco tu compañía 
porque al fin, muda beldad, 
es tu amistad menos fría 
que otra cualquiera amistad. 

Sé bien que todo el poder 
de tu misterioso encanto 
no alcanzará a detener 
una gota de mi llanto. 

Mas yo no guardo consuelos 
para este mal tan profundo, 
fijo la vista en los cielos 
porque me importuna el mundo. 

¡Vergüenza del mundo es 
si tiene mi pensamiento, 
que ir a buscarte al través 
de las nubes y del viento, 

Y llevar hasta tu esfera 
mi solitaria armonía 
para hallar la compañera 
que escuche la pena mía! 

Mas, pues no me da fortuna 
otra más tierna amistad, 
vengo con mis penas, luna, 
a verte en la soledad. 


Carolina Coronado.