Si fuera yo el que mandara,
iría, sin duda alguna,
todo muy mal en España.
Los celos en muchos
se han vuelto confianzas.
La crítica es sólo
pura patarata;
el honor, juguete;
la modestia, chanza;
la palabra, risa;
el amor, ganancia.
Ésta es la triste vuelta
que ha dado España.
Además de aquesto,
lloro la desgracia
de ver que en esta era
se han vuelto en España
los coletos chupas,
las espadas cañas,
las guedejas rizos
y los hombres nada.
Sacado de El gran libro de los insultos, de don Pancracio Celdrán Gomariz.
Soy un hombre pobre,
y doy tanta pena
que ando por la calle
cual si uno fuera
del todo invisible,
con el alma negra
de aguantar miradas,
formas y maneras;
no tengo dinero,
ésa es mi condena,
si tuviera acaso
la bolsa repleta,
cantaría otro gallo,
sería otra la escena,
mas tengo tan poco
que dando una vuelta
paso por un banco
y la alarma suena.
Soy un hombre pobre,
no hay cosa tan cierta,
mas no un pobre hombre,
eso con certeza,
de modo que llevo
muy alta la testa,
que se oculten otros,
las mentes enfermas,
los que discriminan
y no se dan cuenta
que mañana mismo
la suerte deserta,
la ruleta gira
y su vida plena
cambia en un instante
de naturaleza,
y dan con sus huesos
en la acera vieja,
como Belisario
que muy grande era
y pidió limosna
en la calle seca,
y siquiera entonces
ellos me comprendan;
soy un hombre pobre,
duermo a pierna suelta,
tienen mis hoteles
todas las estrellas.
Jeremías Asensio
¡A la salud del papa, compañero!
Levantaba el envase de aquel vino
barato, peleón, nada exquisito,
mientras que me indicaba con el dedo
que podía operar en el cajero.
A su lado, tendido, ya dormido
el bulto roncador de algún amigo
tenía como lecho el propio suelo.
En aquel universo del cartón
-del tetrabrik del vino hasta la cama-
conseguí realizar la operación
cagado por el miedo a una navaja.
En cambio, el vagabundo me ofreció,
amistoso, beber de aquella caja.
Compartimos las babas,
él me contó verdades y mentiras,
la historia novelada de su vida.
Paco Morata.