martes, 15 de octubre de 2013

Día de la Hispanidad

El otro día, en la misa de la Hispanidad el cura de mi pueblo leyó el himno a los caídos por España y enseguida me di cuenta de que era un buen poema que nunca había oído. Al final del acto le pregunté por dicho poema al cura y me dio una dirección de Internet, "creo que es de Pemán, me dijo". Y buscando, buscando, tropecé con la estupidez de los políticos al saber que el poema original había sufrido varias modificaciones desde su creación por motivos de lo políticamente correcto. Por ejemplo, el estúpido de Bono hizo la última reforma y si sería inepto que, siendo el poema un soneto, a quién se lo encargaría que se cargó toda la rima. Además, si uno lee la versión actual se da cuenta de que es un soneto salvo por el octavo verso que es octosílabo, sin duda fue un político el que lo modificó. Se suprimen así, en la versión actual, menciones al rey o a la Patria, y así va España. Aquí reproduzco la versión original del poema, que por cierto es de Martín Garrido Hernando.

Lo demandó el Honor y obedecieron;
lo requirió el Deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron;
con su esfuerzo, la Patria redimieron.

Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como púgiles lucharon,
por eso como mártires murieron.

Inmolarse por Dios fue su destino;
salvar a España, su pasión entera;
servir al Rey, su vocación y sino.

No supieron querer otra bandera,
no supieron andar otro camino;
¡no supieron morir de otra manera!


Martín Garrido Hernando.

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