domingo, 25 de abril de 2010

José Infante

Me disfracé una vez, y todavía
conservo aquella cara de cartón...
que me sirvió para ocultar la mía.

Años hace que duerme en un rincón
esa vieja careta ya empolvada,
y siempre con la misma carcajada,
y siempre con idéntica expresión.

"¿Cómo haces tú -le pregunté yo un día-
para estar siempre de tan buen humor,
que aun en mis momentos de dolor
se ensaña en mí tu risa aleve y fría?
¡Feliz de ti que nada te desvía...
porque no tienes corazón ni honor!"

La máscara repuso: "-Y tú ¿qué ganas
con llorar como imagen de retablo?
Que la gente diga... ¡Pobre diablo...
Lo siento, mas tus lágrimas son vanas!".

No me importa un comino tu aflicción:
Haz como yo que sin cesar me río...
¡y si sangra tu pobre corazón,
cúbrete el rostro con el rostro mío...
para no ser objeto de irrisión!

Desde entonces escondo mi ansiedad
bajo aquella alegría que despista
y paso por un célebre egoísta
que se chancea de la Humanidad.


Del libro "La musa oculta de Goya", de José Infante.

1 comentario:

  1. Me ha encantado...Y me vienen muy bien a mi hoy. Me pondré esa máscara. Mi dolor no ayudaría a nadie.

    Muchos besos con cariño.

    ResponderEliminar