https://youtu.be/1e-6dgVD5rU?feature=shared
Para guardar las formas, el jurado delibera durante siete horas. Hay un solo veredicto: la muerte. La viuda de Lenin pide a Stalin gracia para ellos. En vano. No hay ni un atisbo de piedad. Zinoviev, Kamenev, Smirnov y sus camaradas son ejecutados. Al día siguiente se puede leer en Pravda: ¡Desde que han sido ejecutados, se respira mejor, el aire es más puro, nuestros músculos adquieren un vigor nuevo, nuestras máquinas marchan más a prisa, nuestras manos están más prestas!