lunes, 9 de julio de 2018

Publio Cornelio Escipión



Faltar pudo a Scipión Roma opulenta,
mas a Roma Scipión faltar no pudo;
sea blasón de su envidia, que mi escudo,
que del mundo triunfó, cede a su afrenta.

Si el mérito africano la amedrenta,
de hazañas y laureles me desnudo;
muera en destierro en este baño rudo,
y Roma de mi ultraje esté contenta.

Que no escarmiente alguno en mí, quisiera,
viendo la ofensa que me da por pago,
porque no falte quien servirla quiera.

Nadie llore mi ruina ni mi estrago,
pues será a mi ceniza, cuando muera,
epitafio Anibal, urna Cartago.


De Quevedo a Escipión, de un grande a otro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario