Mi mamá me ha enseñado estas dos saetas que se le cantaban a la Virgen en mi pueblo hace ya muchos años.
Virgen de la Soledad
no tengáis pena ninguna
que vuestro Hijo resucita
entre las doce y la una.
En las alas de un mosquito
hizo la Virgen su manto
y le quedó tan bonito
que lo estrenó en Jueves Santo.
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