lunes, 12 de enero de 2015

Rocío Dúrcal

                       EL REY QUE RABIÓ

Juzgando con los síntomas,
Que tiene el animal,
Que puede estar inófobo,
O puede no lo estar.

Y afirma el gran Hipócrates,
Que el perro en caso tal,
Suele ladrar muchísimo,
O suele no ladrar

Con la lengua a fuera, torva la mirada,
Húmedo el hocico, débiles las patas,
Muy caído el rabo, las orejas gachas,
Todos estos signos prueba son de rabia.

Pero al mismo tiempo,
Bien pueden probar,
Que el perro está cansado,
De tanto andar.

Doctores sapientísimos,
Que han estudiado bien,
Son en sus obras lingüicas,
Del nuestro carecer.

Fermentus, vírum, rábicus,
In corpus can y es,
Mortalis of perofifen,
Mortalis of persé.

Para hacer la prueba,
Que es tan necesaria,
Agua le pusimos en una jofaina,
Y el se fue gruñendo,
Sin probar el agua.

Todos estos signos pruebas son de rabia,
Pero al mismo tiempo signos son de tal,
De que el animalito no tiene mal.

Y de esta opinión,
Nadie me sacará,
Que el perro está rabioso,
O no lo está.

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