Juan de Timoneda, en su Sobremesa y alivio de caminantes (1563) cuenta:
Fue convidado un necio capitán a comer; y después de comido alabole el señor al capitán un pajecillo que traía, muy agudo y gran decidor de presto. Visto por el capitán dijo:"¿Ve vuestra merced estos rapaces cuán agudos son en la mocedad?, pues sepa que cuando grandes no hay mayores asnos en el mundo ". Respondió el pajecillo al capitán:" Más que agudo debía ser vuestra merced cuando muchacho ".
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