Con las alas de un mosquito
bordó la Virgen su manto,
y lo bordó tan bonito
que lo estrenó en Viernes Santo,
en el entierro de su Hijo.
Virgen de la Soledad,
echa tu mirada al suelo
y a costaleros verás,
que te alzan hasta el Cielo.
Por allí viene Jesús
con la Cruz en las espaldas;
y viene de calle en calle
hasta llegar a su Casa.
La Virgen de las Dolores
tiene el corazón partido
de ver a su Hijo amado
en el sepulcro metido.
Virgen de la Soledad,
no tengas pena ninguna,
que tu Hijo resucita
entre las doce a la una.
La Virgen de los Dolores
como una buena madre,
daría Ella por su Hijo
incluso la propia sangre.
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